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El estudio del Corazón

 

Para hacer el diagnóstico de un problema cardiaco nos valemos de varias herramientas:

 

Revisión clínica: es una evaluación que hace el cardiólogo pediatra. Incluye una conversación detallada con los padres sobre el historial de salud de su hijo y una revisión cuidadosa de sus condiciones físicas. Hay síntomas que comúnmente se relacionan con enfermedades del corazón: fatiga al comer, sudoración excesiva, cambios en la coloración de la piel, detención en su incremento de talla y peso, tendencia a ser sedentarios, desmayos o síncopes, palpitaciones, dolor en el pecho, irritabilidad, fatiga fácil durante los esfuerzos, soplos o  frecuentes infecciones de vías respiratorias bajas.

 

Radiografía del tórax:  es útil para valorar los pulmones, el tamaño del corazón con relación a las estructuras óseas del pequeño y la forma de la silueta cardiaca.  Sirve como parámetro de comparación previo y posterior al tratamiento médico o quirúrgico.

 

 

Electrocardiograma:  que consiste en el registro en papel de la actividad eléctrica del corazón.  Sirve para conocer la integridad y funcionamiento del sistema de marcapaso y la transmisión del estímulo eléctrico a través del músculo cardiaco. 

 

Ecocardiograma: es un estudio de gran utilidad y precisión diagnóstica. Por medio de ondas sonoras, se observa al corazón; se pueden medir sus estructuras, valorar su movimiento y revisar el flujo sanguíneo en su interior. Es inocuo y no causa molestias.   Requiere que el paciente esté tranquilo por lo que es común que a los niños menores de dos años sea necesario dormirlos.  La sedación no es igual a la anestesia, pero implica un sueño artificial (provocado) por lo que el paciente debe acudir en ayuno de 3 a 4 horas. Dado que los sedantes pueden producir efectos secundarios indeseables hasta el 6% de los casos (irritabilidad previa al sueño, excitación, inquietud, sueño prolongado, etc.) se requiere una autorización escrita de los padres.

 

Otros estudios:  Electrocardiografía continua (Holter), tomografía helicoidal, resonancia magnética nuclear, angiotomografía y estudios de laboratorio y gabinete son herramientas útiles, pero que se usan con menos frecuencia.

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